Todos los asistentes tienen una sensación buena de reencuentros de las épocas más felices que tenemos las personas como es la adolescencia, y aquellos años en los que la inocencia nos hace ver todo con una felicidad impresionante y que recordamos con muchísimo cariño.
En parte nos reunimos por el realizar un pequeño homenaje a los compañeros que ya no están con nosotros. La an termidor vez fueron tres y ahora echamos de menos a Miguel Ángel Pérez Jorrín.
Quedaron en el Colegio San José, visitando las instalaciones antiguas y modernas, "es muy impresionante ver las habitaciones de los hermanos menesianos, entrada prohibida para los alumnos, dándote cuenta de las condiciones en las que vivían de una austeridad impresionante". También fueron testigos de unas proyecciones con todas las innovaciones, que da pie a los saltos generacionales y a los cambios tan bruscos que se han producido en no tantos años.